Entrada destacada

Publicaciones de medios extranjeros

miércoles, 26 de junio de 2024

Artículo de Bernardo Neri Fariña

 

Bernardo Neri Farina (farina@tvparaguaya.com)

Les quiero contar una historia. A la tardecita del 8 de mayo de 1962, mi papá y yo emprendimos la caminata desde nuestra casa en Sajonia hasta el estadio Comuneros.


Esa noche jugaban la final del campeonato sudamericano de básquetbol femenino, Paraguay y Brasil. Parecía que toda Asunción había convergido ahí. Era el partido de los partidos. En el primer tiempo, las brasileñas llevaban una ventaja de 30 a 22 y en un momento la diferencia fue de 14 puntos (43 a 29).


Más con garra que con buen juego, y con el aliento fantástico del público, Paraguay fue descontando. Faltando 4 segundos para el final, la victoria brasileña era de 52 a 51. Entonces apareció Mami –así la llamaban a la inigualable Edith Nunes– con el doble más gritado y más importante de la historia basquetbolística paraguaya. Ganó Paraguay por 53 a 52, logrando su segundo campeonato sudamericano. Edith pasó a ser leyenda.


No recuerdo una algarabía como aquella. Quizá porque los recuerdos de la niñez son más densos (yo tenía 11 años de edad). Como pocas veces, Asunción fue una fiesta.


El diario La Tribuna decía el 9 de mayo de 1962: “Edith, Edith, Edith, fue el grito que bramaban las 20 mil personas delirantes de júbilo en la gran noche del Comuneros. Y la gran Mami estaba ahí, en medio de tanta algazara, emocionada. Edith, Edith, Edith. Su nombre llenó el ámbito. Era la síntesis de un gran triunfo para Mami. Una noche de gloria en su querida Asunción. Ante su público. Se cristalizaba así el homenaje a la superdotada del básquetbol. Edith, Edith, Edith”.


Edith Nunes fue la más extraordinaria deportista paraguaya de todos los tiempos. Un fenómeno. Campeona sudamericana en 1962, goleadora en dos mundiales y en cuatro sudamericanos, nació en Asunción el 18 de febrero de 1940.